Para Roberto Arrelucea, entrenador de la Universidad César Vallejo, lo vivido apenas hace unas horas no se lo desea a nadie. Aún muy nervioso y con el habla entrecortado cuenta los detalles de lo que verdaderamente le pasó la noche del lunes último a escasos 50 metros de su vivienda.
“Salía de una reunión con el vicepresidente del club, Richard Acuña cuando fui interceptado cerca de mi vivienda por un auto de donde salieron dos personas encapuchadas y con armas de fuego. Les pedí que no me hicieran daño. Me identifiqué como entrenador de la UCV pero igual seguían insultándome”, señaló el “Marajá”.
Arrelucea dijo que rogó para que no le hagan daño y en un descuido empezó a correr mientras los asaltantes trataban de llevarse su vehículo, el que no arrancó por el sistema de seguridad.
“Creo que querían llevarme con el carro para sustraerme las tarjetas de crédito. Agradezco a todos los dirigentes que estuvieron conmigo”, señaló.
Luego agregó: “quiero olvidarme de este hecho que no se lo deseo a nadie. Es una pena porque consideraba a Trujillo una ciudad segura, pero no es así y esto sucede en todo el país que ha perdido la tranquilidad”.
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